Encuentro casual... ¿Terminará en algo más? [Luis XIV]

Denis necesitaba relajarse, no es que fuera adicto al trabajo pero como todo burgués, si se presentaba la oportunidad de poder desarrollar su negocio entonces la aprovecharía, por eso pasaba mucho tiempo en su habitación entre hombres con quien se acostaba y sacando más productos, especialmente para los vampiros, parece que ese amuleto era el más vendido. Pero ahora, casi anocheciendo, salía de su cuarto, su cabello estaba algo desordenado aunque no había tenido a nadie con él desde la noche anterior.

Tomó unas cuantas frutas que se encontró en una mesa, mordió la manzana, sintiendo el jugo dulce inundar su boca, el cual se escapó de la comisura de sus labios, lamiéndolos con cierta sensualidad, aunque todo en esa acción destilaba deseo sexual, pues Denis era más como un incubo, nada le parecía suficiente, aunque este no era el caso, no podían culparlo por hacer esas cosas inconscientemente.

Queriendo salir del encierro fue a las fuentes, especialmente a las de Espejo, le gustaba ver el agua danzar al ritmo de una melodía, debía admitir que todo el palacio estaba muy bien construido, con muchos detalles bien estructurados. Se sentó cerca y continuó mordiendo aquel fruto jugoso, con carne blanca y concha roja, se quedó esperando y de repente los chorros empezaron a fluir, empezando a danzar.

Aquello le hizo sonreír, en ese momento estaba solo, así lo había deseado, por el momento quería aliviar el dolor de cabeza por estar sin dormir en dos días. Ya con la manzana a mitad, volvió a lamer sus labios, el jugo se le escapada de su boca pues tenía mucho zumo, entre sus piernas había otra clase de frutos como pera, plátano y un racimo de uvas, todas con el destino de ser devoradas por el mago que no había almorzado, el tiempo se le había pasado volando. Cualquiera que viera la escena diría que estaba buscando una conquista, la persona que más tuviera cerca podría ser su siguiente víctima pero no, no por el momento, el ruido del agua definitivamente estaba mejorando su humor, dado que al tener ese molesto dolor de cabeza no había podido ser el mismo coqueto de siempre.